


Un año de SAL Saadiyat: un hito bajo las estrellas
Para celebrar el primer año de SAL en la isla Saadiyat, llevamos 3000 drones a las costas de Abu Dabi para un espectáculo de luces que difuminó la línea entre la fiesta en la playa y el arte inmersivo. Con la puesta de sol, con la banda sonora de un DJ en directo y con miles de luces sincronizadas en movimiento, fue una noche en la que la celebración se unió al espectáculo.
Un espectáculo de drones Saadiyat como ningún otro
Lanzado como la sucursal de Abu Dhabi del icónico club de playa SAL (originalmente con sede en Burj Al Arab), SAL Saadiyat se convirtió rápidamente en un símbolo de la elegante vida frente a la playa en la capital. Con su característico estilo mediterráneo, sus vistas a aguas turquesas y una mezcla sencilla de música, comida y ocio bañado por el sol, el lugar redefinió el lujo relajado de la isla de Saadiyat.
Así que cuando llegó el aniversario, se convocó un espectáculo.
Presentado en Jumeirah, en el Saadiyat Island Resort, este espectáculo con drones marcó una primicia para SAL: una celebración aérea a gran escala coreografiada por completo con su espíritu junto a la playa. Al caer la noche y el cielo adquirió tonos suaves de rosa y dorado, 3000 drones sobrevolaron la costa, llevando la energía del día a una nueva dimensión.
Del mar al cielo: un espectáculo de drones de temática marina
Esa noche, el cielo se transformó en un lienzo vivo, donde cada luz contaba una historia y cada forma capturaba una sensación. Inspirándonos en el ambiente característico del club de playa (elegante, natural y profundamente ligado al mar), creamos un lenguaje visual que resultaba familiar y onírico a la vez.
La vida marina parecía haber sido invocada por la memoria. Los delfines se arqueaban alegremente por el aire, sus movimientos eran ligeros e indómitos, como la risa arrastrada por el viento. Las tortugas marinas flotaban en un elegante silencio, símbolos eternos de paz, sabiduría y conexión con la naturaleza. No se movieron rápido y no necesitaron hacerlo. Su suave deslizamiento se sentía como el aliento entre latidos.
Le siguieron conchas marinas, no símbolos estáticos, sino orbes luminosos y giratorios que parecían zumbar de vida. Sus espirales brillaban suavemente en la oscuridad, latiendo al ritmo de la música que se escuchaba debajo. Llevaban la intimidad al cielo, un recordatorio de los paseos por la playa, de la belleza descubierta en lugar de construida.
Entre ellas había contornos limpios e icónicos de sombrillas y sillones de playa, simples y casi surrealistas en su precisión. Suspendidos en lo alto de la arena, transformaban objetos comunes en poesía visual. No eran objetos de utilería; eran una caja de inspiración para el lujo de andar descalzo. Minimalista, moderno e inconfundiblemente SAL.
El espectáculo se basaba en una colosal cabina de DJ completamente iluminada. Animado con movimiento y energía, no solo flotaba, sino que pulsaba. Era el latido del corazón de la noche, un brillante homenaje al sonido, la comunidad y la celebración. A todos los que lo vieron les recordó que no se trataba solo de un espectáculo de drones, sino de una fiesta en pleno vuelo.
Cada figura formaba parte de un ritmo mayor: no era una secuencia lineal, sino una coreografía de humor y significado. Se elevaron, se movieron, flotaron y se disolvieron al compás de la música, lo que permitió que el público se sintiera inmerso, no solo entretenido. Algunos aplaudieron. Algunos guardaron silencio. Algunos se limitaron a mirar hacia arriba, sonriendo.
Y en ese momento, el mar no parecía algo a lo que mirabas, sino algo que había salido a tu encuentro. El cielo se había convertido en un reflejo de la costa. Un espejo de la atmósfera. Una celebración de SAL, no solo como un lugar, sino como una forma de ser: lúdica, refinada y maravillosamente libre.


La escala importa
Hay una diferencia entre un espectáculo de drones y un espectáculo de drones, y esa diferencia a menudo se reduce a la escala. Con 300 drones, puedes contar una historia. Con 3000, puedes construir un universo.
Con este tamaño, las formas se vuelven más complejas, el movimiento más fluido y las transiciones más cinematográficas. Puedes superponer animaciones, jugar con la perspectiva y extender tu visión artística por todo el cielo. Para este espectáculo, eso significaba que no nos limitábamos a íconos singulares, sino que podíamos crear escenas, emociones y un flujo ininterrumpido de imágenes que reflejaran el propio mar.
Por supuesto, los espectáculos más pequeños pueden ser igual de poderosos: íntimos, poéticos y llenos de impacto. Pero cuando trabajas al nivel de 3000 drones, desbloqueas un tipo diferente de magia. Uno que sea panorámico. Uno que te rodea.


Tu idea, nuestro talento
Con los espectáculos de luces de Cyberdrone llega una nueva era para el entretenimiento. Nuestros espectáculos traducen tus sentimientos y tus conceptos al lenguaje de la luz mediante la tecnología para convertir cualquier evento en un recuerdo imborrable.
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